sábado, 13 de julio de 2013

Buon compleanno, caro amico

Hace exactamente 50 años, Luca Varaschini nacía en Robertsport, Liberia.                             
Robertsport es una pequeña comarca que reposa sobre el Océano Atlántico, a 50 km al norte de Monrovia, la capital del país y en la frontera con Sierra Leona. Según el censo de 2008, tiene una población de no más de 4000 habitantes.
El papá de Luca, italiano, era el médico del pueblo, director del único hospital, llamado “St. Timothy Government Hospital” y, como tal, dio a luz a todos los niños y niñas del pueblo, incluido su propio hijo.
Luca vivió hasta los 8 años en Robertsport y luego se fue con su familia de vuelta a Italia, a Milán.
Pero esos ocho años de vida en Robertsport le bastaron para sellarle una identidad africana. Luca es africano. Es de esos blancos que sólo tienen la piel blanca (de esos que, algunos dicen, se sacan la “muda de piel blanca” a la noche para ir a dormir y se la vuelven a poner a la mañana siguiente). Jurídicamente, en cambio, es italiano, y el haber nacido en Liberia no le da derecho a ser liberiano.
Si bien no volvió hasta los 40 años a su lugar natal –tras desarrollarse como diseñador gráfico y formar familia en Italia- con su hermana en Italia siempre siguieron hablando en liberian english.
Tuve el privilegio de conocerlo a Luca cuando el avión de Air Morocco procedente de Casablanca en el que ambos viajábamos aterrizó en Monrovia a las 4 de la mañana. Mientras estábamos haciendo Migraciones, nos pusimos a hablar en italiano y me contó, con mucho entusiasmo, que estaba volviendo a los pagos en los que nació. Inmediatamente tuvimos afinidad. Recorrimos los 60 km que separan el aeropuerto del centro de Monrovia (en ese entonces, completamente a oscuras), nos quedamos unos días en la capital, y luego Luca me invitó a compartir con él su experiencia de volver a Robertsport, en un gesto de generosidad (abrirme de esa manera las puertas de su infancia) que nunca olvidaré.
Nos tomamos un taxi compartido desde Monrovia y llegamos a Roberstsport al atardecer. En la intersección de la ruta, nos esperaba un amigo de su infancia, con el que se había criado y con el que había compartido juegos y sueños. Al verlo, lo abrazó fuerte y le dijo: “Eh Luca”, y enseguida se pusieron a recordar viejos tiempos en un perfecto liberian english. También nos invitó a compartir unos “kiss meat” (se trata de unos pequeños caracoles asados y enchilados que uno debe aspirar para sacar el bicho, lo que produce un ruido de beso y de ahí el nombre).
Con Luca fuimos a recorrer este pequeño pueblo que quedó devastado por la guerra civil: el hospital donde nació, la escuela donde estudió (donde nos encontramos con un compañero de escuela que es el actual maestro), la casa en la que vivió con su familia, la Doctor´s Island (así llamaban a una pequeña isla en honor al papá de Luca) y el terreno donde Luca sueña con construir una casa para pasar el atardecer de su vida. Dondequiera que íbamos, todos salían a saludarlo afectuosamente, hablaban con él en liberian english, y me decían “este es un verdadero liberiano”. Al atardecer, contemplábamos la caída del sol viendo a los  pescadores echar sus redes al mar, compartiendo banana frita, vino de palma y el amargor de alguna nuez de cola.
Años después, volví a encontrarme con Luca y su hija en su casa en Milán. Actualmente vive en un complejo de migrantes donde se mezclan las camas calientes, los aromas de las cocinas de las distintas comunidades, y se mezclan en el patio común las suras del Quran que recita un senegalés con la bachata de un dominicano.
Luca es también un migrante y, como tal, no está ni acá ni allá, ni en Liberia ni en Italia, sino en un puente imaginario entre ambas.
Luca, caro amico, espero que en tus 50 años de vida que hoy celebrás puedas cumplir tu sueño de volver a las tierras que te vieron nacer. Sos hijo de esas tierras y estás hecho de esa tierra roja.

Te mando el abrazo más fuerte de que soy capaz.


Un amigo de Luca comiendo "kiss meat"

Kiss meat

Luca Varaschini y su amigo de la infancia

De a poco empieza a reconstruirse Robertsport.
Los metales de la vieja pista de aterrizaje son utilizados para
diversos fines, como construcción de bancos.

Luca Varaschini y la "Doctor´s Island detrás"

Luca Varaschini y la casa donde vivió hasta los 8 años

Luca Varaschini y un compañero suyo de la escuela, devenido maestro

Luca en el terreno en el que piensa construir su casa

Luca y el hospital en el que nació, dirigido por su padre

Pescadores echan sus redes al mar

Compartiendo plátanos fritos y vino de palma

Atardecer en Robertsport

Con Luca Varaschini, en su casa en Milán

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